México

La institucionalización de Iberoamérica

Los jefes de Estado y de gobierno de los veintiún países iberoamericanos que participan en la I Cumbre Iberoamericana posan en la fachada del Hospicio de Cabañas

Los mandatarios se reúnen por primera vez con el propósito de establecer un diálogo al más alto nivel sobre el progreso y el desarrollo de las relaciones entre ambos continentes. Celebrada en Guadalajara, México, los días 18 y 19 de julio de 1991, marca un hito en las relaciones entre los países iberoamericanos. Bajo el lema de «Construcción de un foro de encuentro para avanzar en un proceso político, económico y cultural común«, supone un importante primer paso en la materialización de este espacio iberoamericano que, hasta entonces, era un concepto abstracto.

Durante la cumbre se constituye la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, lo que sienta las bases para la creación de la Comunidad Iberoamericana de Nacionaes, espacio destinado a la concertación política y la cooperación. Las conclusiones del encuentro se recogen en la Declaración de Guadalajara, documento que establece los principios rectores de la Comunidad y prima la importancia de la cooperación y solidaridad entre las naciones que conforman el espacio. Los líderes expresan su compromiso de trabajar de forma conjunta para poder enfrentar los desafíos y convertir las afinidades históricas y culturales en instrumentos de unidad y desarrollo.

La institucionalización de Iberoamérica permite que se consolide una plataforma firme de cooperación que, desde entonces, facilita la implementación de programas, foros y distintas iniciativas en áreas de educación, ciencia, tecnología y cultura. El esfuerzo conjunto fortalece los lazos entre los miembros y promueve el desarrollo y el progreso democrático de todo el espacio iberoamericano, además de hacer que ocupe su lugar en el nuevo escenario global.