Correspondencia de líderes europeos sobre la situación del régimen militar chileno
El 11 de septiembre de 1973, Augusto Pinochet da un golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende e instaura un régimen militar en Chile. Una década después, la oposición a la dictadura chilena intenta provocar una ruptura democrática del régimen: en 1983, se inicia un período de movilización social y política con las primeras protestas contra el gobierno y la reagrupación de los partidos opositores en torno a organizaciones como la Alianza Democrática. Este proceso de ruptura democrática culmina en 1986 con la Protesta Nacional de julio y el fallido atentado contra Pinochet en septiembre.
En este contexto Felipe González, que se encuentra en continuo contacto con líderes de la oposición democrática chilena como Guillermo Yunge, Ricardo Lagos, Sergio Molina Silva o Andrés Zaldívar, remite una carta en calidad del presidente del Gobierno a varios líderes europeos: François Mitterrand, Margaret Thatcher , Helmut Kohl, Olof Palme o Andreas Papandreu.
El líder español transmite a los líderes europeos que la oposición chilena le pide “que estimule los esfuerzos de los Gobiernos de Europa Occidental en favor del retorno de la democracia a Chile y del respeto a los Derechos Humanos”. Hace hincapié en sus vivencias, compartidas con el pueblo chileno, como opositor a una dictadura y como “ciudadano que ha conocido la flaqueza de la memoria histórica internacional”. Solicita, por tanto, la participación de las democracias europeas occidentales para crear una propuesta conjunta para ayudar lo máximo posible en el proceso por la democracia chilena. El régimen de Pinochet responde acusando a Felipe González de injerencia en los asuntos internos de Chile.
En los años siguientes, Felipe González recibe misivas de líderes como Willy Brandt y Jacques Chirac proponiendo medidas concretas contra el régimen de Pinochet. Unidos por sus valores democráticos, reafirman y comparten las preocupaciones expuestas por Felipe González sobre la situación chilena. La cooperación política europea con Chile en el punto de mira es un reflejo de la solidaridad internacional, forjada sobre los ejes de progreso y democracia.

