Así se dirigen los presidentes Felipe González y Raúl Alfonsín en la correspondencia que intercambian
La correspondencia entre Felipe González y Raúl Alfonsín refleja respeto, solidaridad y una profunda amistad. El presidente argentino ve en Felipe González y la Transición española un modelo de inspiración. La recién recuperada democracia argentina anhela replicar la experiencia española, caracterizada por el alto nivel de consenso general. A través de estas cartas se observa la evolución, consolidación y estabilización de la democracia argentina.
En agosto de 1984 el presidente Alfonsín escribe: “Nuestro país transita el arduo camino que va de la dictadura a la democracia, y, tal como ustedes lo hicieron en su momento, nos hemos fijado como objetivos fundamentales la restauración de la dignidad del hombre, la plena recuperación del Estado de derecho y el imperio de la justicia social.”
En octubre de 1989, tras la derrota de la Unión Cívica Radical en las elecciones presidenciales, explica: “Los argentinos, en contraste, seguimos todavía luchando por las cosas fundamentales. Hemos vivido, mi querido amigo, un año tremendo. […] Ahora nos toca demostrar cómo se hace una oposición constructiva, cuyo principal objetivo sea la consolidación del sistema democrático. […] Lamentablemente, mi querido amigo, hay señales muy preocupantes. El oportunismo con que se cambian de blanco a negro y se olvidan las promesas electorales; equivocas actitudes que afectan la independencia del Poder Judicial; indultos indiscriminados que parecen volvernos al imperio de la impunidad; abierta intromisión gubernamental en la vida sindical.”

