Discurso de Fidel Castro, presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de Cuba, en la I Cumbre Iberoamericana de 1991
La I Cumbre Iberoamericana se celebra en Guadalajara, México, los días 18 y 19 de julio de 1991. Representa un acontecimiento histórico sin precedentes en la construcción del espacio iberoamericano, y en ella se reúnen los representantes de 21 países, que incluyen 19 naciones latinoamericanas junto con España y Portugal. Se establece un diálogo directo entre naciones hermanas unidas por la historia, la lengua y la cultura, abordando desafíos comunes en un nuevo orden global.
El líder cubano interviene trazando un crudo diagnóstico de la situación económica y social de América Latina y critica el impacto de las políticas impuestas por los organismos financieros internacionales, sobre las que apunta que “no han traído el desarrollo, pero sí han llevado la pobreza a más de 250 millones de personas”. Subraya la necesidad urgente de conformar una verdadera y tangible unidad latinoamericana que supere el factor económico, además de promulgar la integración regional. Respecto a su posición ante los grandes desafíos internacionales, pone en duda que se puedan afrontar con efectividad sin una integración profunda.
Cuestiona la hegemonía global de grandes potencias como Estados Unidos, señalando sus planes de ayuda como falsas ilusiones y haciendo un llamado a defender la democratización de los organismos internacionales. Se despide recordando a José Martí para reafirmar el compromiso cubano con la independencia regional y la construcción de un espacio iberoamericano que haga frente a la política exterior estadounidense: “Impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por Las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.