México

Amistad y diplomacia para la integración iberoamericana

Correspondencia entre Carlos Salinas de Gortari, presidente de México entre 1988 y 1994, y su homólogo español

Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre España y México en 1977, se abre una nueva etapa de cooperación que alcanza su punto álgido durante los mandatos de Felipe González en España y Carlos Salinas de Gortari en México, quien ocupa la presidencia entre 1988 y 1994. Ambos líderes compartieron visiones en temas clave relacionados con la región de Centroamérica, el espacio iberoamericano y la política internacional. Prueba de la sólida relación entre ambos mandatarios y las buenas relaciones bilaterales se alcanza en 1989 un acuerdo para condonar el 50% de la deuda que México mantenía con acreedores españoles y en 1990 se firma el Tratado General de Cooperación y Amistad entre México y España.

En la correspondencia mantenida entre ambos líderes se felicitan por sus logros políticos y expresan el deseo de continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales entre ambos países. Felipe González busca fortalecer la relación hispano-mexicana durante el mandato de Salinas, quien responde con certeza que “en el futuro se han de estrechar aún más los vínculos de amistad y de cooperación”. En sus cartas, el recién electo presidente mexicano reitera el agradecimiento por el esfuerzo español en cultivar el sentimiento fraternal con Latinoamérica, que culmina con la celebración en 1991 de la primera Cumbre Iberoamericana en la ciudad mexicana de Guadalajara.

Felipe González, Carlos Salinas y el presidente brasileño Fernando Collor de Mello son los principales impulsores de la institucionalización de las Cumbres Iberoamericanas, concebidas como una herramienta de diálogo político entre los Estados iberoamericanos para abordar sus desafíos comunes.