La primera Cumbre Iberoamericana
El 18 y 19 de julio de 1991 la ciudad de Guadalajara, México, es el escenario de un hito en la configuración del espacio iberoamericano al celebrarse la primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. El encuentro reúne a líderes de 21 países iberoamericanos y marca el inicio de una nueva etapa de diálogo e integración regional entre naciones que comparten un pasado y un futuro común aún por construir.
La propuesta de crear un foro iberoamericano surge en un contexto de cambios profundos: la caída del bloque soviético, la consolidación de la Unión Europea y el avance de la globalización exigen una mayor integración. España desempeña un papel clave en la gestación de este espacio. La política exterior de Felipe González busca estrechar lazos con América Latina a través del apoyo en los procesos democráticos y el desarrollo económico. Con su participación en foros internacionales, España emerge como puente entre Europa y América, y la creación de una cumbre que agrupe a los países iberoamericanos es una extensión natural de esta visión.
El objetivo no es solo fortalecer la cooperación política y económica, sino también reivindicar su espacio propio como conjunto iberoamericano en un mundo en transformación. Supone la institucionalización de un foro de cooperación que, desde entonces, se celebra anualmente. Se sientan las bases para una comunidad que sigue promoviendo el diálogo, la cooperación y el desarrollo en el mundo iberoamericano décadas después.

