Carta manuscrita del expresidente Felipe González a Julio María Sanguinetti y Marta Canessa
El expresidente español se dirige a Julio María Sanguinetti y su esposa, Marta Canessa, a quienes agradece la hospitalidad y compañía brindadas durante su viaje privado a Uruguay en mayo de 1996. Recuerda con afecto su estancia en la residencia presidencial de San Juan de Anchorena, y comparte las impresiones de su estancia en Argentina donde, tal y como Sanguinetti le había anticipado, percibe un mundo distinto pese a la cercanía geográfica.
El tono amigable y cercano refleja la profundidad de su relación, que va más allá de un vínculo político formal entre dos mandatarios y se consolida como una relación personal basada en la confianza. Aunque Felipe González deja La Moncloa en marzo de 1996, su influencia en el escenario iberoamericano no disminuye, sino que se mantiene firme. Su conexión con América Latina no es un fenómeno circunstancial ni una respuesta a su cargo como presidente del Gobierno, sino una convicción personal más profunda y duradera.
González destaca la cordialidad con la que el presidente Carlos Menem lo recibe en su viaje a Argentina. La afectuosidad con la que es recibido tanto por Sanguinetti como por Menem refleja el reconocimiento a su legado político y la confianza que los líderes latinoamericanos siguen depositando en él como interlocutor clave.

