Los presidentes de España y México inauguran el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato
Los presidentes Felipe González y Miguel de la Madrid se dirigen alegres a la inauguración del Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato, en noviembre de 1987. Su apertura es posible gracias a la generosa donación de Eulalio Ferrer, republicano español exiliado en México y amigo del presidente español. Ferrer representa los profundos lazos humanos forjados entre ambos países a lo largo de los siglos, vínculos que se fortalecen en el siglo XX debido a uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia contemporánea de España: la Guerra Civil, cuyo impacto se extiende en el ámbito social, político y cultural de toda Latinoamérica.
Eulalio Ferrer tiene tan solo 18 años cuando, tras luchar con el ejército republicano, es internado en los campos de concentración franceses de Argelès-sur-Mer, Barçares y Saint-Cyprien. Durante su cautiverio intercambia una cajetilla de tabaco por una edición escolar de El Quijote de Miguel de Cervantes.Tras su salida del campo de concentración, Ferrer se traslada a México junto a su familia. Allí comienza a recopilar obras relacionadas con El Quijote, formando una colección de más de 600 piezas. Desde 1987, esta colección se exhibe en el Museo Iconográfico del Quijote, una institución fundada por Ferrer para promover y difundir la obra de Cervantes en México como muestra de gratitud por la hospitalidad que el país brindó a los republicanos españoles en el pasado.
México se convierte en uno de los principales destinos de los exiliados republicanos. El Gobierno de Lázaro Cárdenas lidera una respuesta política de solidaridad internacional abriendo las puertas de sus fronteras a más de 25,000 españoles que se vieron obligados a abandonar España tras el triunfo del bando sublevado en la Guerra Civil. Entre los exiliados que acaban en México se encuentra Eulalio Ferrer, pero también un gran número de intelectuales como Luis Buñuel, Emilio Pardos, María Zambrano, José Bergamín o León Felipe, cuya actividad deja un hondo legado en el México del siglo XX. Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre España y México, el presidente González expresa que España tiene una «deuda de gratitud» con México por el trato brindado a los exiliados republicanos desde 1939.

